Una reportera realiza un programa sobre la vida nocturna de los bomberos; una emergencia surge y ella los acompaña. Lo que parecía un caso sencillo se convierte en una situación de sobrevivencia, ya que una extraña enfermedad contagiosa convierte a los vecinos de un edificio en zombies asesinos.Realizada al estilo de La Bruja de Blair (como un falso documental), la historia provoca más risa que miedo. Los momentos de suspenso diseñados para asustar son demasiado previsibles. La historia en sí no da para mucho y afortunadamente la gritadera sin sentido termina en un poco más de una hora.
Muy simplona y desordenada, además el asunto de la enzima-virus no se aclara y parece insertado sólo para apantallar a quienes ya olvidaron sus clases de biología en la preparatoria. En conclusión: Mala.
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