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La música
Rap ha degenerado en un movimiento 100% comercial. La venta de discos y parafernalia relacionada con este género se ha vuelto más importante que la calidad artística de lo que se produce.
No siempre fue así, a principios de los
1990's se crearon canciones de contenido social y político. Era común escuchar a los raperos lanzar críticas punzantes a los gobernantes, a la alienación, a la miseria, la explotación, la injusticia, el crimen, la ignorancia, en fin a todo el cruel sistema capitalista que prevalece en el mundo.
Exponentes como
2 Pac, Naughty by Nature, Disposable Heroes of Hiphoprisy, Public Enemy, Queen Latifah, Ice Cube, A Tribe Called Quest, KRS-1, Scarface y hasta los escuincles de
Kris-Kross hicieron canciones (y sus respectivos videos) con contenido social.
Poco a poco fueron apareciendo raperillos de una nueva generación, tipos como
Puff Daddy (la rémora aprendiz de
Notorious B.I.G.) o
Jay-Z, a éstos solo les preocupaba divertirse y gastar dinero. Artículos como los carros de lujo, mansiones con servidumbre (negra por cierto), yates enormes, joyas ridículamente gigantes (el famoso "
bling-bling"), ropa de diseñador, helicópteros, mujeres en bikini y demás se convirtieron en lugares comunes de los videos musicales.
Vulgares demostraciones de fama y riqueza evidenciaban que el
Hip-Hop no era sino una herramienta para volverse millonario. Quedaba claro que los negros sólo querían dólares para ser como los blancos. Su rebeldía era en realidad envidia. Una vergüenza total para toda la comunidad
Hip-Hop.
En eso se quedó convertido el rap, en una competencia infantil por vender los suficientes discos originales para estar en el
Billboard y tener la cuenta bancaria más gorda. Primero dejaron de importarles los temas sociales, luego dejó de importar también el talento. Así aparecieron los payasos de la fórmula
Crunk, ese estilo donde sólo se gritan frases bobas por encima de una tonada simplona.
Justo en medio de esta podredumbre es que aparece el auténtico cáncer del rap: El
Reggaetón. La receta para este pseudogénero es de lo más sencilla, se necesita una caja de ritmos, un tipejo de voz gangosa y balbucear cualquier cosa cursi o grotesca. Una vez que los retrasados mentales del tercer mundo lo entendieron, surgieron proyectos como hongos en la lluvia.
No se vislumbra en el horizonte una salvación para el
Rap. Esfuerzos aislados como los de
Nas y su último disco no son suficientes. ¿Quiénes entonces van a rescatar la escencia de este género? ¿
Eminem con sus múltiples canciones de autopromoción? ¿El oxidado y aburrido
Dr. Dre? ¿
Fergie nos enseñará de nuevo el camino o sólo sus tetas?