Los medios nacionales y los políticos baratos tienen razón: los astronautas José Hernández y John Daniel Olivas son mexicanos. Aunque la nacionalidad la obtienen sólo por tener padres mexicanos, ya que ambos nacieron, estudiaron y trabajan actualmente en EE.UU.No han faltado los arrabaleros que intentan colgarse del éxito de estos dos personajes. Hay quien los considera un orgullo para México, lo cual es un error ya que su formación profesional ocurrió totalmente en otro país y México no aportó ni un peso para su educación.
Otros más consideran a José y a John como un par de ejemplos a seguir. Estos también están equivocados. El verdadero ejemplo a seguir es de los padres de los astronautas que en algún momento tuvieron la brillante idea de huir de México en busca de mejores oportunidades de desarrollo, las cuales encontraron en el vecino país del primer mundo.
Entiéndase que ni José ni John representan a los mexicanos que sí viven en México. Ellos son representantes de las generaciones nacidas de paisanos prófugos del subdesarrollo que aún existe en estas tierras. Gracias a que se fueron de aquí es que tuvieron éxito. La moraleja no puede ser más clara.
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