martes, 25 de agosto de 2009

El caso de Caster Semenya

Después de haber ganado la medalla de oro en 800 metros en el Mundial de Atletismo en Berlín, la constitución física de Caster Semenya levantó sospechas sobre su sexo.

Para aclarar el asunto, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF en inglés) decidió que se sometiera a una prueba para confirmar que en realidad se trataba de una mujer.

A partir de esto, han surgido protestas de diversos grupos que consideran la prueba como algo ofensivo. Por ejemplo el Congreso Nacional Africano ha hecho un llamado a apoyar a Semenya en el aeropuerto de Johannesburgo; y la Federación de Deportistas Africanos exigió una disculpa de parte de la IAAF.

Bueno, hasta el Parlamento Sudafricano (que seguramente no tiene algo mejor que hacer) ha dicho que presentará una queja ante el Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas porque se violaron las garantías y la privacidad de la corredora.

Yo todavía no entiendo qué tiene de malo que la IAAF desee corroborar que la ganadora no haya hecho trampa. Porque si en realidad se tratara de un hombre haciéndose pasar como mujer, es claro que tendría una ventaja sobre el resto de las corredoras. En todas las pruebas de atletismo los hombres tienen mejores tiempos que las mujeres, eso no es ningún secreto.

¿Cuál es entonces el temor de que se le aplique esa prueba a Semenya? ¿Cuál es la molestia? De manera rutinaria los atletas de alto nivel se tienen que someter a diversas pruebas para evitar que hagan trampa. En su momento incluso la corredora mexicana Ana Guevara pasó por lo mismo. Como decía la abuela: "El que nada debe, nada teme".

El colmo del ridículo lo representa el presidente de la Federación Sudafricana de Atletismo, un tal Leonard Chuene, pues en su opinión después de este incidente la corredora va a necesitar tratamiento psicológico. ¡Ah no mam! ¿De verdad nadie le ha dicho antes a Semenya que parece hombre más que mujer? Pues sí, que vaya al psicólogo para que de la depresión no se tire a la bebida y termine convertida en una chupitos cualquiera.

Para acrecentar la controversia, un análisis que le fue realizado en Sudáfrica reveló que esta atleta tenía un nivel de testosterona tres veces mayor al normal para una mujer. Una posibilidad es que se trate de una mujer que se ha estado inyectando esa hormona para conseguir mejores resultados. Si se tratara de un caso de dopaje que termina en cambio de sexo, tampoco sería la primera vez.

La nota acá

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