Es lo que varios investigadores de la Academia Mexicana de Ciencias externaron en el foro atinadamente titulado: La Ciencia en México: Zona de Desastre.
Las razones para pedir su renuncia se pueden reducir a una: No tiene ni idea del quehacer científico. Su ineptitud para dirigir a la institución encargada de financiar la producción de ciencia y científicos tiene a este sector en crisis. En lugar de propiciar el desarrollo de investigaciones, al presupuesto destinado a ciencia básica se le mete tijera siempre que se requiere recortar gastos. Como si hacer ciencia fuera un capricho y no una actividad indispensable para el progreso de un país.
En realidad es difícil que alguien como Romero Hicks, sin formación científica, logre entender lo importante que es ésta actividad para México. El hueso que actualmente ocupa es un regalito de su cuate el enano usurpador FeCal.
No sólo el presupuesto del Conacyt asignado a ciencia básica no ha crecido desde hace años, sino que además insisten en apoyar a empresas particulares para que desarrollen "investigaciones" de dudosa utilidad. Por ejemplo, durante el sexenio de Fox, Conacyt le dio dinero a Bimbo (una empresa que tiene ganancias millonarias y evade impuestos) para que mejorara sus donas.
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