martes, 1 de marzo de 2011

Las metáforas en ciencia: útiles pero con efectos secundarios

Sin duda el uso de metáforas facilita la comprensión de complejos conceptos científicos. Los profesores las utilizan a menudo en sus clases y para las revistas de divulgación son indispensables; sin embargo hay aspectos que deben tomarse en cuenta: ninguna metáfora es exacta y pueden transmitir mensajes erróneos.

Un estudio publicado por los sicólogos Paul Thibodeau y Lera Boroditsky, mostró que las personas respondían de manera diferente cuando se les mencionaba que la criminalidad era una "bestia" o un "virus" que daña a la sociedad.

Ante la metáfora de "bestia", las personas eran más proclives a proponer que se aplique la ley con mayor intensidad, mientras que la metáfora "virus" hizo que estuvieran más abiertos a soluciones como la rehabilitación y a entender las causas.

El concepto de "gen egoísta", de Richard Dawkins, es una de esas metáforas que transmite un mensaje equivocado. Los genes no pueden ser egoístas y esa idea es innecesaria para saber cómo funcionan.

Otros conceptos comunmente usados son "libros de la vida" para referirse a los genomas, "ADN basura", "códigos de barras genéticos", los cuales indudablemente tienen utilidad práctica para explicar cosas complicadas. El problema es cuando se opta por usar metáforas en lugar de explicar de manera sencilla cómo funcionan las cosas.

No debe olvidarse nunca que la realidad es mucho más que esas metáforas, y debe tenerse cuidado de usarlas sólo tras haberlas examinado minuciosamente.

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