¿En qué consiste?
Los inventores de esta tontería, Rubén Dieminger y Dora Niewiarowicz, la describen como "terapia basada en la utilización de coleópteros". La "utilización" es ingerir coleópteros (insectos) vivos de la especie Asiática: Ulomoides dermestoides. Estos insectos deben ser criados por el interesado bajo su responsabilidad.
El consumo es prácticamente un ritual que consiste en lo siguiente: El primer día se consume 1 insecto, el segundo día 2 y así hasta llegar a 70 insectos en un día. Alcanzado ese número, diariamente se comienza a disminuir la dosis hasta llegar a 1 bicho por día otra vez. En total son 139 días y 4900 gorgojos.
Si se tiene gastritis, recomiendan comérselos en ayunas. Ahora que si le caen pesados, entonces recomiendan que se coma los bichos después de la comida. Como quien dice, "si no es Chana es Juana".
¿Qué se supone que hace?
Los "expertos" de esta terapia pseudocientífica aseguran que cuando el insecto muere en el estómago se libera una sustancia llamada "Crotoxina"; lo cual es imposible debido a que la crotoxina es una sustancia exclusiva de las serpientes.
Otros dicen que se libera "Coleotoxina", una sustancia completamente ficticia, cuya función es activar el sistema inmunológico generando linfocitos T, por lo que tendría actividad antiviral, antiproliferica (?) e inmunomoduladora. O al menos eso es lo que desean que suceda.
Como muchas terapias fraudulentas, la Coleoterapia es anunciada como una panacéa. Igual la recomiendan para la diabetes, el Parkinson, el cáncer, el asma, la psoriasis, dolores en general (atribuyéndole un efecto anestésico tan potente como la morfina) y hasta para el VIH-SIDA. Esto contrasta fuertemente con el modesto uso tradicional en Japón y China, donde se recomienda para tratar dolores de espalda, tos y desórdenes respiratorios.
¿Qué pruebas hay de su veracidad?
¡NINGUNA! Todo el chisme de la Coleoterapia es 100% especulación fantasiosa. La coleotoxina es un invento y su modo de acción seguramente se plagió de algún libro sobre medicina. Esta pseudoterapia no tiene ningún fundamento científico y los mismos promotores lo aclaran en su sitio web.
Claro que no faltarán los testimonios (reales o inventados), de personas que se comieron los miles de gorgojos y se sintieron un poco mejor. Pero los testimonios, las anécdotas y los cuentos de Walt Disney sirven para entretener y nada más.
Algunos promotores de esta mentira, para mostrar que la Coleoterapia es un asunto científico, citan mañosamente estudios publicados por investigadores de Japón, China y Corea. El problema es que los estudios se han hecho probando la eficacia de extractos in vitro, y son de otro insecto: Mylabris phalerata Pallas. Esto equivale a mostrar estudios científicos sobre la insulina del cerdo en el tratamiento de la diabetes, y pretender que su equivalente terapéutico es comerse un jabalí. ¡Simplemente ridículo!
En años recientes, la popularidad de esta pseudoterapia en Sudamérica ha provocado que se estudie de manera científica al insecto y sus compuestos químicos. Así, investigadores de Brasil encontraron que un extracto acuoso inyectado (mas no ingerido) tiene propiedades antiinflamatorias en ratas. Mientras que investigadores de Argentina reportaron que el insecto tiene compuestos defensivos tóxicos (benzoquinonas) que pueden dañar el ADN de células humanas sanas. ¡CUIDADO!
Dos peligros están latentes en esta pseudo-terapia en particular:
- Como no existen pruebas realizadas por médicos o investigadores, el consumo de estos insectos puede ocasionar efectos secundarios. De hecho, personas que emplearon la Coleoterapia han reportado casos de colitis, dolor estomacal y fiebre.
- La especie Ulomoides dermestoides no tiene enemigos naturales en nuestro país y, al escapar de sus criadores, puede convertirse en una peligrosa plaga de granos almacenados.
A continuación va un video donde puede verse que la gorgojoterapia ya tiene promotores en México. Y están dispuestos a convencer a otros ilusos de que incluso con diabetes pueden comer carnitas y Coca-Cola. ¡Benditos insectos mágicos!
Fuentes:
-Sitio oficial y ahora abandonado de los promotores.
-El Escéptico Digital hace un recuento de esta pseudoterapia.
