La percepción general de que la cacareada guerrita contra el narco de Felipe Calderón, está beneficiando al Cártel de Sinaloa tiene cada vez más fundamentos. Por ejemplo, en enero del 2009 la revista Forbes colocó a Guzmán Loera en el lugar 701, pero para noviembre de ese mismo año ya había subido hasta la posición 41.
Por otra parte, hace unos cuantos meses se señaló que al analizar los resultados de la guerra contra el narco, el número de capturas al Cártel de Sinaloa constituye un porcentaje ridículamente bajo del total (0.018%).
Lo más reciente es que funcionarios de inteligencia estadounidense coinciden que el Chapo se ha fortalecido con la guerrita de Calderón. Se ha apropiado de las rutas para trasladar droga, controla la codiciada frontera en Ciudad Juárez, está metiendo más droga que otros cárteles a EE.UU. y se le considera la organización de narcotráfico más poderosa del mundo.
¿Qué tan preocupados estarán los capos de ese cártel, que incluso el Mayo Zambada dió una entrevista y posó para la portada de la revista Proceso?
Ni cómo negar que el Chapo Guzmán controla México, mientras el chapito Calderón no controla ni sus esfínteres.
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