
Este año en el Metro de la Ciudad de México un grupo de personas decidió organizar un evento similar. Todo ocurrió con normalidad, aparentemente a nadie le llamó la atención que algunos pasajeros no llevaran pantalones.
Gracias a las políticas económicas implementadas por el borracho de Felipe Calderón, el ver mexicanos en calzones será una escena cada vez más frecuente. Tendremos que acostumbrarnos a verlos en el metro, en el autobús, en las combis, en los bancos y ya no solamente en las oficinas de Hacienda como solía ocurrir.
No está mal que se copien este tipo de iniciativas, al final no dañan a nadie. Sólo que en México la raza trae los calzones bien balaceados y no por culpa del crimen organizado sino por los impuestos de Chapelén. Las pruebas aquí.

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