miércoles, 31 de marzo de 2010

Ponle ropa a Jesús

Nada mejor en esta Semana Santa que divertirse un poco con un juego interactivo sobre Jesús el Cristo.

Arrastra las prendas y accesorios sobre la figura de Chucho en la cruz. Puedes elegir entre distintas galerías: Celebridades, Sadomasoquismo, Navidad, Star Wars, Villanos, Mago de Oz, Halloween y más.

Una vez que lo hayas adornado a tu gusto puedes imprimirlo y hasta ponerlo en tu escritorio para presumirles tu creatividad a tus amistades.

Pásale sin miedo a ser excomulgado: The Original Jesus Dressup

martes, 30 de marzo de 2010

Palomeando: Alice in Wonderland

Está basada sólo parcialmente en los cuentos de Lewis Carroll. Aquí una Alicia bastante crecidita, es la mesías que regresa al País de las Maravillas para liberar a esa tierra de la tiranía ejercida por la Reina de Corazones.

Viniendo de Tim Burton, no sorprende en absoluto que la historia transcurra dentro de una ambientación sombría. Sin embargo, el que hayan incluido nuevos personajes resulta innecesario; además que la intención de hilar una historia coherente, cuando los cuentos originales son interesantes por absurdos, hecha a perder todo.

Igual que en Charlie and the chocolate factory, el director le inventa traumas psicológicos al personaje de Johnny Depp y nos los explica gráficamente. Además, por momentos a ese actor se le cruzan los cables feamente y de repente el Sombrerero Loco parece poseído por Jack Sparrow.

Lo único rescatable es la animación 3D de Cheshire, ese personaje debería tener su propia película. El resto es chafa.

En IMDB

domingo, 28 de marzo de 2010

La Tensegridad: Esa nueva pseudociencia

La tensegridad (o integridad tensional) originalmente es un concepto propio de la arquitectura, se le considera una característica de estructuras que están en equilibrio a través de fuerzas de tensión y compresión. También se ha intentado usar este concepto para explicar el funcionamiento mecánico de algunas estructuras biológicas, desde células hasta músculos.

Hasta ahí íbamos bien, hasta que a algún desempleado sin talento se le ocurrió redefinir el término Tensegridad en términos esotéricos y crear así una nueva pseudociencia. De esta manera, charlatanes como un fulano llamado Carlos Castaneda, viven a base de estafar crédulos vendiéndoles Cursos de Tensegridad (a $100 pesos mexicanos la clase, unos 8 dólares).

¿Cuál es el choro mareador detrás de la tensegridad? ¿En verdad quieres saberlo? Entonces agarra aire porque ahí te va y tal vez tus neuronas no puedan aguantarlo.

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De acuerdo con los videntes, despertamos al "ensoñador" cuando integramos la conciencia del cuerpo energético -nuestro gemélo energético- con el Yo. El cuerpo de encueño percibe que más que en un mundo de objetos, vivimos en un mundo de energía, energía que es vibratoria y conciente. Integrar esa conciencia dentro de nuestra experiencia cotidiana es ensoñar la propia vida.
Los charlatanes adoran usar la palabra "energía", suena científica y apantalla durísimo a los que no hayan terminado la escuela secundaria. Sin embargo, lo de los videntes y el gemelo energético son evidencia de que no es científico el asunto.

Nuestros maestros nos dijeron que alcanzar ese estado de ser tan deseable se logra mediante enfocar nuestra atención en nuestra kinestesia -¡y nuestra sinestesia! Como seres vibratorios, estamos en constante movimiento-- ¡No estar en movimiento es no estar vivo! Nuestra respiración es móvil y vibrante, como lo son nuestras células, nuestra sangre, nuestros sentidos, nuestra energía, nuestra conciencia.
A mi, mis maestros me enseñaron que los seres vibratorios son aquellos que padecen Parkinson y eso no es nada deseable.

Tensegridad es ser conciente de esto, la forma en que esos diferentes movimientos y sentidos trabajan juntos -es ser conciente de que usted está vibrando justo ahora, en concierto con cualquier cosa que está sintiendo, pensando, prestándole tu atención.
Aquí viene la definición charlatana. Lo único cierto es que uno vibra de acuerdo a su entorno sobre todo si está temblando por arriba de los 6 grados Richter.

En estas clases vamos a practicar movimientos de Tensegridad con el acompañamiento de rítmos vibratorios y sonidos, para ayudarnos a sacudirnos de nuestro acostumbrado adormecimiento y tener acceso a esta conciencia más profunda. Desde ahí, podemos responder la pregunta: ¿qué quiero ensoñar?
Quieren que pagues por ponerte musiquita vibratoria, posiblemente rica en sonidos bajos, para que sueñes. ¿Será que pongan algo de los géneros Miami Bass, Ghetto Tech o Crunk?


Y vamos a construir y compartir armonías de imágen que vibran con gozo y propósito, que entrenan nuestra atención para despertar y vivir como ensoñadores, y qué es lo que queremos ensoñar, en relación conciente con lo Infinito.
Todo lo que buscan es ensoñar. Será porque ensoñando dormido no se siente lo jodido.

Nuestro maestros dijeron que la imagen es menos importante que el sentimiento, el impulso vibratorio que la imagen evoca --y en la medida que interactuamos con esas imágenes y las vibraciones que ellas despiertan, nosotros cambiamos y elevamos nuestra propia vibración, y nuestra experiencia la sigue.
Bueno, a mi mis maestros me dijeron que siempre comprara tortas en la cooperativa y nunca les hice caso. Sospechaba que les daban su mochada por esa publicidad.

Pero eso no es todo. Aun hay más "fundamentos" sobre la tensegridad y sus practicantes.

Tensegridad es la práctica moderna del camino con corazón del guerrero-viajero que don Juan Matus les enseñó a sus cuatro estudiantes: Carlos Castaneda, Florinda Donner-Grau, Taisha Abelar y Carol Tiggs.
Ahí están los nombres de los otros vividores. Abusados con ellos, no les confíen su cartera ni sus tarjetas de crédito.

La palabra "tensegridad" fue acuñada por un arquitecto, científico, ingeniero, pensador global y ensoñador que Carlos Castaneda admiraba: R. Buckminster Fuller. Fuller describió la tensegridad como un proceso de integridad tensional -la interdependencia inherente de estructuras tales como las células, cuerpos y sistemas solares que se mantienen juntos por una red continua de tensión (tal como la gravedad) que sostienen en conjunto islas de compresión (tales como el sol, los planetas y las lunas en el sistema solar).
Esa era la tensegridad original que los charlatanes luego convirtieron en algo que pudiera explotarse económicamente. De algo tenían que tragar los inútiles.

Como una práctica moderna de shamanismo, Tensegridad significa adaptar a nuestra propia energía, la energía del sol y las estrellas, el aire, el agua, la tierra, y la de todos sus habitantes de un modo que dé soporte a la integridad interdependiente de la comunidad que formamos, como individuos y como seres colectivos.
Mas bien, Tensegridad significa estafar a los incautos con tal de comer con manteca todos los días.

Entre las herramientas que pueden ayudarnos a hacer esto se incluyen los antiguos movimientos y respiraciones promotores de energía conocidos como pases mágicos, así como los ejercicios de rastreo y ensueño.
Lo que faltaba, las clases incluyen magia al estilo Harry Potter.

En estas clases practicaremos todo esto.
Los ejercicios de rastreo son: ejercicios de auto-examinación que se practican individualmente y con un compañero testigo, que nos permite rastrear no solo nuestros patrones físicos, sino también los patrones mentales y emocionales relacionados con ellos, y sus conductas y juicios consecuentes, que heredamos de nuestros linajes y culturas.
Por supuesto, para mantenerte entretenido te pondrán a hacer ejercicios dizque para que te conozcas a ti mismo. Habría que filmarlos haciendo sus payasadas y subirlos a Youtube como escarmiento.

Podemos dirigir la energía y la conciencia que ganamos en esta revisión para acceder a lo que don Juan Matus llamó libertad de percepción-la libertad de ir más allá de todas las interpretaciones limitantes de nuestro linaje, crianza y cultura para percibir energía directamente y ensoñar verdadera interdependencia -nuevas posibilidades de trabajar con otros y con la tierra --dondequiera que estemos, posibilidades que emergen de un corazón abierto, de traer lo mejor de nosotros mismos a nuestro intercambio.
Más rollo mamón sobre la "energía" que avergonzaría al mismísimo Albert Einstein.

Conclusión: Los cursos de tensegridad son una nueva manera de estafar crédulos. ¡Abusados!

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